Uno de los principales temores a la hora de adquirir una casa es el endeudamiento a largo plazo. A pesar de que, durante el proceso de aprobación, el banco corrobora y verifica la capacidad de pago del cliente, muchas personas temen enfrentar algún problema de camino que les dificulte o imposibilite el pago de la deuda.
Existen diversos instrumentos para reducir dicho riesgo; entre ellos, (i) seguros de desempleo, que cubren hasta 12 meses de cuotas del banco, en caso de separación laboral por razones no atribuibles al empleado, y (ii) seguros de vida, que aseguran la cancelación de la deuda en caso de fallecimiento.
Valga aclarar que dichas coberturas no existen para alquiler.
En cuanto a la cuota bancaria, esta última puede subir o bajar durante la vida del préstamo debido a variaciones en tipo de cambio y/o tasas de interés, dependiendo de la moneda y/o condiciones de financiamiento; no obstante, la misma es relativamente predecible, ya que las reglas están claramente establecidas, y siempre existe la posibilidad de renegociar condiciones y/o cambiar de banco.
En el caso de alquiler, el inquilino está sujeto a negociar periódicamente con el propietario, quien tiene la potestad de cambiar las condiciones unilateralmente e inclusive optar por no renovar el contrato.
Estas son solo algunas de las ventajas de comprar sobre alquilar y algunas ideas para proteger la inversión en su casa propia.